En su mensaje Urbi et Orbi el Papa  implora la paz para Ucrania

 CIUDAD DEL VATICANO.- Los emigrantes, los marginados, las personas solas, los huérfanos y ancianos, los presos… han sido protagonistas, junto al deseo de paz para Ucrania,  en el mensaje del Papa Francisco ‘a la ciudad y al mundo’ por la Navidad en el que ha recordado  que no hay verdadera Navidad sin los pobres. 

Al día siguiente, 26 de diciembre, memoria del primer mártir, San Esteban, el Papa ha subrayado que hoy como ayer sigue habiendo mártires, especialmente en la “querida y martirizada Ucrania” víctima de la guerra. 

En su mensaje Urbi et Orbi, el Papa ha recordado que Jesús es el camino de la Paz. Senda que exige caminar en pos de Jesús, “debemos despojarnos de las cargas que nos lo impiden y que nos mantienen bloqueados”.

Pidió “que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra”..

Saludo del Papa desde el balcón de la Basílica de San Pedro ( Vatican News)

Una guerra que tiene sus consecuencias en muchos países. Él fue recordando la carestía  en Afganistán y en los países del Cuerno de África y mencionand los países sufrientes en el mundo: 
“Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre palestinos e israelíes”. 

“Que el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos. Que ayude en particular al Líbano, para que finalmente pueda recuperarse, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y de la solidaridad”. 

Orquídeas en el balcón de la Basílica de San Pedro por Navidad

“Que la luz de Cristo ilumine la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Que oriente hacia una tregua duradera en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre. Que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países. Pienso en particular en el pueblo haitiano, que está sufriendo desde hace mucho tiempo”.

Presentó la situación de los emigrantes y refugiados en tantos lugares del mundo: “que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos — la sabiduría de un pueblo — que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos”.

Recordando que Jesús, fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad, pidió  dejarse “conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud”.

Puedes leer aquí todo el Mensaje del Papa.

POVEDA-IT