
En el 85 aniversario de su martirio, celebraciones en 30 países y nuevo compromiso laical a continuar su Obra y transformar con el Evangelio
MIAMI. Florida.- La fiesta de San Pedro Poveda ha unido a católicos de 30 países recordando su vida, su testimonio comprometido y el legado que dejó en quienes viven su sueño evangelizador en la Institución Teresiana (IT), en 30 países de cuatro continentes, hoy.
La situación de pandemia del Covid-19 no ha sido obstáculo, sino acicate para la creatividad. De variadas maneras, los asociados IT, familiares y amigos han celebrado la memoria de este sacerdote diocesano que entregó su vida por la fe el 28 de julio de 1936 y fue canonizado por San Juan Pablo II en Madrid el 4 de mayo de 2003.
Canadá, Estados Unidos y Holguín se unieron en un triduo preparatorio a la fiesta, a través de zoom, para orar y agradecer la vida de Poveda y la presencia y proyectos que se desarrollan en estos países. Se unieron asociados desde Filipinas, Venezuela y Japón, a pesar de las diferencias de horarios. Las distintas lenguas de los asociados no fueron impedimento gracias a las traducciones y las nueva tecnologías.

Las respuestas, que a imitación de Poveda en su tiempo, dan hoy los miembros de la IT, y el recuerdo emocionado de los momentos vividos por San Pedro Poveda, antes de su muerte marcaron los temas de cada día del Tríduo que quiso celebrar el 85 aniversario de su martirio.
Unas 50 personas escucharon a Constantin Kabamba Matshitshi compartir en francés sobre su trabajo con los presos en Laval, Quebec y el testimonio de Gigi Geraldo y Ana Lobo, desde sus trabajos. Aida Varela en Miami habló de las acciones de grupos de jóvenes en Chicago y en el Sur de Florida, ayudando a los inmigrantes y campesinos y Patricia Stockton de la presencia IT en las Naciones Unidas.

Olga Anglada compartió las acciones en el Poveda Education Project de Chicago y el trabajo con familias que realiza con su esposo Roberto. Toni Miranda recordó una canción a Poveda y resumió el trabajo en Estados Unidos y en Holguín, Cuba, formando al laicado. También ofreció su testimonio Dolores Gracián, pionera de la presencia IT en USA y ya jubilada quien subrayó palabras de Poveda sobre ‘la oración como única fuerza de la Institución Teresiana’.
El cuarto día el P. Don Pumputis, de St. Joseph Catholic Church in Stratford, Ontario, celebró una Eucaristía on-line desde su parroquia, con perfecta coordinación y recordando el legado de Poveda, también en Canadá, en donde los miembros celebran 10 años de testimonio y acción.

Y mientras se celebraba esta misa, la película POVEDA se transmitía en Canada a través del canal Salt and Light ( Sal y Luz), dando a conocer su vida y su Obra.
“Ya he recibido mensajes de enhorabuena. Para muchos ha sido novedad descubrir la conexión entre Poveda y la Institución Teresiana”, señaló Febe Aguirre, una de las organizadoras del Triduo, junto a Sarah Bangit, Clarisse Rubias y Vicki Gerardo.
Aguirre dijo que los tres días del Triduo y la Eucaristía “han sido una manera de reafirmar nuestra unidad asociativa. Agradecer la presencia de Dios en nuestras vidas. Una manera de renovar la invitación a “continuar la Obra” de Poveda.
Al otro lado del Atlántico, junto a las reliquias de San Pedro Poveda, en el Centro de Cultura y Espiritualidad de Santa María de los Negrales, cercano a Madrid, tuvo lugar una Eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Madrid Mons. Carlos Osoro, acompañado por un grupo reducido de personas pero seguido por cientos a través de la plataforma de Youtube.

En sus palabras durante la homilía, el Arzobispo invitó a quienes le escuchaban en cuatro continentes a hacer realidad su sueño y a vivir como él en la verdad, la libertad y la esperanza, sabiendo mirar la realidad y dando respuestas.
En aquella realidad, dijo, quiso acompañar la vida a los hombres y mujeres de su tiempo “para impulsarlos a transformar ese mundo con la fuerza del Espíritu Santo, y ahí nace el carisma de la Institución Teresiana”, dijo.
Mons Osoro repitió palabras de San Pedro Poveda que son inspiración para él:
“Que yo piense lo que tu quieres que piense. Que yo quiera lo que tú quieres que quiera. Que yo hable lo que tu quieres que hable. Que yo obre como tu quieres que obre. Esa es mi única aspiración”.
Para Mons. Osoro, son palabras que “dichas ante Dios dan una manera de ser y de vivir que descubrimos en este carisma nuevo que es don para la Iglesia”.

Al final la Eucaristía, desde cuatro continentes, se vio un breve video anunciando tres años de preparación para el Centenario de la Aprobación Pontificia de la Institución Teresiana, en 1924. Con esta aprobación, la Iglesia aceptaba esta vocación laical nueva, iniciada en Covadonga en 1911 y la lanzaba en misión universal.
Durante el acto en Los Negrales se presentó la edición crítica de un nuevo Epistolario de San Pedro Poveda. ( A. Cantero)
POVEDA-IT