El Papa al Dicasterio para la Familia, los Laicos y la Vida

The Pope´s address in English here

Papa francisco

Puede ayudar a reflexionar y resultar  interesante leer las palabras del Papa Francisco durante la Primera Asamblea Plenaria del Nuevo Dicasterio para los Laicos, La Familia y la Vida, celebrada en Roma el 16 de noviembre.

El Papa se dirigía a un organismo vaticano pero sus palabras se aplican bien a las diócesis, parroquias y a cada bautizado. Por esto mismo resaltamos algún fragmento e invitamos a acceder al texto del Papa que ha sido dado a conocer por la Santa Sede.

FRAGMENTOS DEL DISCURSO DEL PAPA

  • En primer lugar, se trata de pasar de una perspectiva local a una universal: la Iglesia no se identifica con mi diócesis de origen, ni con el movimiento eclesial al que pertenezco, ni con la escuela teológica o la tradición espiritual en la que me he formado… La Iglesia es católica, es universal y es mucho más amplia… “Sentir con el corazón de la Iglesia” significa, por tanto, sentir de manera católica, universal, mirando al todo de la Iglesia y del mundo y no sólo a una parte.
  • Además, hay que hacer un esfuerzo para ir más allá de la propia competencia personal como teólogo, profesor, doctor, conferenciante, formador pastoral, etc., para asumir la perspectiva de la Iglesia-madre. La Iglesia es madre. Por eso, ustedes están llamados a dar un paso más y a preguntarse, ante un proyecto pastoral, un reto, un problema: ¿cómo “ve” esta realidad la Iglesia-madre? ¿Cómo la “siente”?
  • Es importante proponer siempre modelos positivos de colaboración entre laicos, sacerdotes y consagrados, entre pastores y fieles, entre organismos diocesanos y parroquiales y movimientos y asociaciones laicales, entre jóvenes y ancianos, evitando contrastes y antagonismos estériles y fomentando siempre la colaboración fraterna para el bien común de la única familia que es la Iglesia.
  • La Iglesia, como toda madre, desea también que sus hijos crezcan siendo autónomos, creativos y emprendedores, y no que sean infantiles… Deben ser ayudados a crecer y convertirse en “adultos”, superando la resistencia y el miedo y saliendo a la luz de forma audaz y valiente, poniendo sus talentos al servicio de nuevas misiones en la sociedad, en la cultura, en la política, afrontando sin miedo y sin complejos los retos que plantea el mundo contemporáneo.
  • La Iglesia, además, como una auténtica madre, sabe custodiar la historia y la tradición viva de la familia. Para ustedes, esto significa saber conjugar el pasado con el presente, es decir, con los desafíos actuales y con el futuro.
  • La imagen que me gustaría usar aquí es la de tener una mirada de hermanos. No son “ingenieros sociales” o “eclesiales” que planean estrategias para aplicar en todo el mundo con el fin de difundir una determinada ideología religiosa entre los laicos. Están llamados a pensar y actuar como “hermanos en la fe”, recordando que la fe nace siempre de un encuentro personal con el Dios vivo y se alimenta de los sacramentos de la Iglesia. … La formación no puede centrarse exclusivamente en el hacer: es tanto más necesario en nuestros días enseñar a los niños, a los jóvenes, a los matrimonios a tener una vida de oración, una conversación cotidiana y familiar con Dios. No debemos tener miedo de confiar a los mismos laicos el acompañamiento de otros laicos en la vida espiritual.
  • Su tarea no es ante todo crear iniciativas que tengan por objeto poner a los laicos en estructuras y programas eclesiales, sino aumentar en ellos la conciencia de ser testigos de Cristo en la vida privada y en la sociedad, diría yo, casi “signos visibles” de la presencia de Cristo en todo ambiente.
  • Les invito a pensar siempre en los desafíos y dificultades que ustedes mismos encuentran cuando tratan de vivir como cristianos en sus familias, en su trabajo, en el barrio en el que viven. A partir de su experiencia y de sus dificultades, comprenderán mejor el trabajo cotidiano de los fieles laicos de todo el mundo…
  • Traten también de identificarse con los cristianos que viven experiencias diferentes a las de ustedes: los que no pertenecen a ninguna realidad eclesial particular; los que viven en las regiones más remotas de la tierra y tienen pocas oportunidades de formación y crecimiento humano y espiritual; los que representan una pequeña minoría en su país y viven en contextos multirreligiosos; los que alimentan su fe exclusivamente a través de la religiosidad popular; los que son evangelizados sólo por la vida de oración vivida en familia.
  • Sentir con el corazón de la Iglesia madre y tener una mirada fraterna. Estas son las dos imágenes que les dejo y que espero que les ayuden a reflexionar sobre el camino que tenemos por delante. Y antes de terminar, me gustaría volver sobre dos puntos que estaban implícitos aquí. En primer lugar, el peligro de clericalizar a los laicos.
  • Ustedes son laicos, deben trabajar con los laicos, no clericalizar a los laicos, al contrario. Tantas veces, en la otra diócesis [Buenos Aires] venía un párroco y me decía: “Tengo un laico maravilloso. Lo sabe hacer todo, todo. ¿Lo hacemos diácono?”….Yo aconsejo a los obispos: “Alejen a los diáconos del altar”, que vayan al servicio.
  • Debemos seguir siempre adelante para poner a las mujeres en los puestos de consejo, de gobierno también, sin miedo… Teniendo siempre delante una realidad: el lugar de la mujer en la Iglesia no es sólo hacia la funcionalidad… El papel de la mujer en la organización eclesial, en la Iglesia va más allá y debemos trabajar en este más allá, porque la mujer es la imagen de la Iglesia madre, porque la Iglesia es mujer; no es “el” Iglesia, es “la” Iglesia.
  • Por favor, estas dos cosas: no clericalizar a los laicos y abrir este nuevo horizonte para comprender bien lo que es la mujer en la Iglesia.

Puede acceder aquí al texto completo.

The English text of the Pope´s message here

POVEDA-IT