Maite Uribe en Holguín sobre la formación de los laicos cubanos

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HOLGUÍN, Cuba. Dirigiéndose a un grupo de laicos cubanos de la Diócesis de Holguín, la Directora General de la Institución Teresiana, Maite Uribe Bilbao, les invitó a vivir de manera actualizada su responsabilidad bautismal en medio de una sociedad en cambio y subrayó varios aspectos importantes en su formación.

“Cuba enfrenta un futuro que será cada vez más plural, tanto en la sociedad como en la Iglesia,” indicó. Este futuro pondrá a prueba a sus ciudadanos y a nuestras comunidades” dijo, invitándoles a formarse con una antropología actualizada “que pueda acompañar a otros en actitudes importantes en estos momentos”.

Estas actitudes, dijo, incluyen: la capacidad de pensar por ustedes mismos, sin dejarse llevar por presiones, ni por modas. La capacidad de desarrollar un pensamiento crítico, para tomar iniciativas, para discernir lo que pueda ser mejor para este momento histórico y la capacidad de acompañar el pluralismo y la diversidad, pero siempre a partir de una postura personal y de una identidad clara. Con todo ello poder llenar de contenido el vacío de valores que pueda darse en la sociedad de hoy.

Durante el encuentro en el Centro de Formación Laical San Arnoldo Janssen, de la Diócesis, la Directora señaló como otra actitud importante tener una formación espiritual sólida con una vida interior que “les ayude a vivir la reconciliación y el perdón desde la amistad con Jesús”. Se trata de una espiritualidad que “permita acompañar las diferentes sensibilidades en la experiencia de la fe, vivida por diversidad de generaciones, de culturas”.

Les invitó a “desarrollar un sentido de pertenencia a la Iglesia basado en la responsabilidad y la comunión”. Recordó el estilo del Papa Francisco “que busca en las periferias a las personas excluidas, al margen “desde nuestra mirada creyente y nuestra amistad con Jesús”.

0219-2En su conferencia hizo notar que se dan profundas coincidencias entre los compromisos de la Iglesia cubana en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano de 1986: ser Iglesia encarnada, orante y misionera y la espiritualidad que San Pedro Poveda quiso para los miembros de la Institución Teresiana: una obra comprometida en hacer dialogar la fe con la cultura, desde un talante orante y misionero, inspirado en el espíritu dialogante y contemplativo de Santa Teresa de Jesús.

“Juntad a vuestra fe, virtud y a la virtud ciencia” escribía San Pedro Poveda en 1931 dirigiéndose a los miembros. “El espíritu es lo primero en nuestra Obra… pero con el espíritu pongo yo la ciencia y considero que espíritu y ciencia es la forma sustancial de la Institución. Ambas cosas virtud y ciencia han de ser sólidas y robustas”.

Maite hizo referencia a la figura de San Pedro Poveda (1874-1936) y a la del sacerdote cubano Padre Félix Varela Morales, (1788-1853) hoy venerable, quien como Poveda fue sacerdote diocesano comprometido, educador, profesor del Seminario y escritor.

“Ambos vivieron el momento presente de manera encarnada”, indicó. Poveda en los asuntos educativos que en su época ocupaban el quehacer y debate político y Varela, en la acción política que ponía en juego el futuro independiente de la nación.

Ambos preocupados por el futuro y por la juventud, y con un rasgo de singular actualidad. El primero, por su acción entre los “marginales” de las “cuevas” de Guadix; el segundo, desde su destierro, con los inmigrantes y marginados de la zona sur de Manhattan, en Nueva York, donde conjugó su trabajo pastoral parroquial con sus responsabilidades de Vicario General. la Isla y alimentando el sueño de una patria libre y soberana.

POVEDA-IT