‘Creer bien y enmudecer no es posible’

PovedaCovadPedro Poveda es un santo para nuestros días. Su vida es la del creyente que vive la fe en el día a día y que no vacila en confesarla, aún en medio de la dificultad.

“Mi creencia mi fe, no es vacilante, es firme inquebrantable¨.

Palabras vividas desde su juventud y en las difíciles circunstancias en las que le tocó vivir. Su presencia activa, era al mismo tiempo serena, tolerante. Quienes le trataron entonces han escrito que “la santidad del P. Poveda resplandecía en apoyar resueltamente toda obra de Dios, especialmente educativa, partiera de quien partiera la iniciativa¨.

Su actividad no se quedó en palabras. El ofreció alternativas para los católicos que querían vivir su fe sin disociarla de su tarea profesional. Estaba convencido de que “Creer bien y enmudecer, no es posible¨.

Siempre recomendó a sus colaboradores audacia para mantener sus principios pero con mansedumbre, sin provocaciones. En 1935 afirmaba que “La mansedumbre, la afabilidad, la dulzura, son las virtudes que conquistan al mundo”.

Días antes de morir, en julio de 1936 escribía:

“Nunca como ahora debemos estudiar la vida de los primeros cristianos para aprender de ellos a conducirnos en tiempo de persecución. ¡Cómo obedecían a la Iglesia, cómo confesaban a Jesucristo, cómo se preparaban para el martirio, cómo oraban por sus perseguidores, cómo perdonaban, cómo amaban, cómo bendecían al Señor, cómo alentaban a sus hermanos!”

Pedro Poveda murió el 28 de julio de 1936. Fueron a buscarle a su casa en la calle Alameda de Madrid. Acababa de celebrar su última Misa. Al identificarse dijo: “Soy sacerdote de Cristo”.

Fue declarado mártir y beatificado por Juan Pablo II en Roma el 10 de octubre de 1993. Y canonizado en Madrid el 3 de mayo de 2003

En 1911 Poveda inició la Institución Teresiana y presentó a sus colaboradores un estilo de presencia como el de los primeros cristianos. Quería hombres y mujeres que, como la sal y la luz, dan sabor e iluminan y desde dentro siembran los valores del humanismo cristiano en la sociedad.

Presentó a Teresa de Jesús como modelo, en cuanto mujer santa y docta, toda de Dios y al mismo tiempo humana, con una personalidad atrayente y simpática.

Hoy la Obra fundada por Poveda tiene un carácter internacional con variedad de asociaciones cuyos miembros viven una misma espiritualidad y misión evangelizadora desde su vida familiar y su trabajo profesional en el campo de la educación y de la cultura.

Se ha extendido a 30 países de América, África, Europa y Asia y está presente en Estados Unidos, Canada y Cuba.

Canónicamente, la Institución Teresiana es una Asociación de Fieles Laicos, de Derecho Pontificio.

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